Lo peor de la gripa es que no puedes pensar con claridad. Te vuelves una masa de emociones exhaltadas que aumentan o disminuyen proporcionalmente a la temperatura corporal. Con tanta hormona chingando la madre, lo que mas llega uno a desear (con histérico frenesí) es un plato de caldo de pollo y unos besitos en la cabeza, o al menos un poco de compañia, o al menos una llamada.
Y cuando la unica persona que llama preocupada es la que no esperas,
y la que esperas decide mejor hacer cosas eeeeequis en vez de acudir (caldo de pollo y actitud mimadora en mano) a tu tan animal grito de auxilio,
no es tan malo realmente.
Pero como he dicho, los sentimientos y emociones estan desbordantes, absurdamente engrandecidos, y es cuando pasa.
Inevitable.
Uno se sienta en el sillon y llora desconsoladamente sintiendo que jamas en su vida ha sido tan miserable, aunque muy en el fondo esté seguro de que esa sensacion ha de pasar en cuanto el antibiotico haga su trabajo (el muy malditisimo).
La gripa es mi estado mas vulnerable.
Hoy no me digan nada, si no van a decir algo bonito.
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